Otosan.
Este fue el nombre que le puse a mi primer amigurumi desde el momento en que compré la lana... aunque el pobre sufrió mucho (y yo más) hasta tener forma...
En principio iba a ser con colores marroncitos y verdes, pero lo hice todo del revés, y con unos agujeros horribles, y con una brazo enorme, y... bueno, un despropósito. Lo deshice. Lo empecé de nuevo. Ví un amigurumi que hizo nuestra profe de color gris, y como soy poco caprichosa, pensé "lo quiero griiiiiiiis". Adiós colores marroncitos. Bienvenidos grises y rosas.
Total, que lo único que conservó desde el principio, fue su nombre.
nosotras lo queremos igual, porque es entrañable!
ResponderEliminarGuaaaapo!!!
ResponderEliminarAlgún día pondré el esperpento que hice yo con mi primer amigurumi.
ResponderEliminarEs precioso, Irene!
Otosaaaaaan!!!! Qué bonito!!!!
ResponderEliminarQue chuuuuulo!! Dan ganas de achucharlo y llevártelo a casa!
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